7 mejores momentos de Tom Hiddleston en Crimson Peak
- Por Dan Alcántara
- 7 nov 2015
- 3 Min. de lectura

Seguramente, una de las razones principales por las que decidiste ver la Cumbre Escarlata, fue por el increíble Tom Hiddleston. Y es que, ¿quién no? El actor inglés es carisma andante. Además de ser asombrosamente talentoso al momento de comunicar las emociones de su personaje, Thomas Sharpe.
Y en caso de que ya hayas visto la película, ciertamente estas escenas te dejaron con la boca abierta. A continuación te presento los 7 mejores momentos de Tom Hiddleston en la Cumbre Escarlata. Y así como la madre de Edith le advierte sobre Crimson Peak, yo te advierto: ¡cuidado con los spóilers!
El corazón roto de Edith

Quizás una de las escenas en las que Tom Hiddleston luce más sus habilidades histriónicas es el momento en el que le rompe el corazón al personaje de Mia Wasikowska, Edith Cushing. Después de que el padre de ésta descubre las malas intenciones de los hermanos Sharpe, Thomas se ve forzado a mentirle a Edith diciéndole que sus escritos son infantiles y que ella no es más que una niña consentida. Sin embargo, la frase que más impacta es cuando le dice “La perfección no tiene cabida en el amor”. Luego ella terminaría abofeteándolo después de tantos comentarios hirientes.
El cuarto de los inventos

Es la primera escena en la que Thomas Sharpe descubre que sus sentimientos hacia Edith son reales. Además de mostrarle a ella, una de sus grandes pasiones; inventar aparatos, juguetes y demás cosas. El momento más intenso es cuando Sharpe se deja llevar por sus emociones y termina besando apasionadamente al personaje de Mia.
¿Serías mía?

La escena definitivamente más romántica es aquella donde Thomas Sharpe les muestra a todos la facilidad con la que puede bailar vals, mantener cautivada a Edith Cushing y sostener una vela sin derramar absolutamente nada de cera, todo al mismo tiempo. El vestuario de los actores y el diseño del salón hacen de la atmósfera, una visión sacada de un libro de Jane Austen.
No mires al pasado

El momento más comentado de la película, es algo superficial; pero también mantuvo a más de una fan completamente embelesada. La escena de la cabaña, cuando Thomas accede a pasar una noche con Edith fuera de la casa, se convierte en el momento de más intimidad que Sharpe ha tenido en su vida con una persona aparte de su hermana. Es un instante no sólo significativo para la audiencia, pero también para Sharpe que descubre que el amor verdadero existe, y éste se halla fuera de Crimson Peak. Edith le dice a Thomas con cariño “No mires al pasado, no me encontrarás ahí”. Y justo en ese lugar, y en ese instante, él se da cuenta de que no está solo.
No te puedo dejar

Aunque se trata de una escena al principio de la historia, el momento es de lo más dulce. Tom Hiddleston hace funcionar a la perfección la escena por su carisma inverosímil. La audiencia en ese momento cree que Thomas asesinó al padre de Edith, y aun así, no me permitirán mentir; el encanto de Thomas Sharpe es tal, que el momento se convierte en uno de los más románticos en toda la película. “No te puedo dejar” le dice a Edith. “Tengo un vínculo contigo que no puede ser roto […] Me encuentro pensando en ti en los momentos más inoportunos”.
La confrontación

Es un momento doloroso para ambos hermanos. Pero es también clave para la historia. El círculo del personaje de Thomas se cierra cuando confronta a Lucille y admite que tiene sentimientos por Edith. Claro, rompe el corazón de su triste, psicótica y miserable hermana, pero muestra los verdaderos colores de ambos personajes. La vulnerabilidad de Lucille sale a relucir, así como también la de Thomas. “Dijiste que nunca te enamorarías de nadie más” dice ella. “Pero lo hice” responde él.
Te amo

El personaje de Thomas Sharpe, aunque sombrío, oculta una personalidad de lo más sumisa, temerosa, apasionada y extrañamente, bienintencionada. Esto sale a relucir en el momento que se da cuenta de que debe ayudar a Edith por el amor que le tiene. No sólo ayuda al doctor McMichael, también le revela a Edith que la ama. “¡Me mentiste!” dice ella. “Sí” responde él. “¡Me envenenaste!” lo acusa Edith. “Sí” replica Thomas. “No me amaste” afirma ella. “Sí, te amo” contesta finalmente él. Y en ese instante, parte de él se redime, y todos en la audiencia nos quedamos sin aliento.
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