Reseña del TIFF 2015: HIGH-RISE
- Traducido y compartido por: Adriana Nilsson
- 9 oct 2015
- 2 Min. de lectura
FUENTE: TORONTO FILM SCENE
by Andrew Parker

Joven, guapo, pero personalmente sin complicaciones, el Doctor Robert Laing (Tom Hiddleston) se acaba de mudar a un futurista, que está de moda (por los años 70, donde se establece la película), brutalista, de concreto y monolítico rascacielos. Poco después de mudarse y conocer al enigmático arquitecto del proyecto (Jeremy Irons), quien habita en el excesivamente opulento penthouse, Laing se siente tan cómodo y aclimatado a su entorno que casi nunca sale, incluso para ir a trabajar.
Lentamente se da cuenta que a pesar de vivir en un piso sólido en el centro de la estructura, los que viven en los niveles superiores, se están acabando todos los recursos de la construcción y miran hacia abajo sobre aquellos en los pisos más bajos (a menudo literalmente). Mientras Laing es en gran medida demasiado ineficaz para hacer algo acerca de la división de clases en curso, un documentalista frustrado y vecino suyo en el edificio, Richard Wilder (Luke Evans) parece sacudir las cosas.
La novela de J.G. Ballard de 1975, High Rise, era muy real en su tiempo, en términos de valor y contexto cultural, pero sus temas han resonado durante décadas. También es,gracias a la naturaleza perpetuamente obtusa de Ballard, algo que hubiera sido manifiestamente imposible de filmar si se hubiera adaptado para la pantalla palabra por palabra. Esto hace que el esfuerzo más reciente del cineasta británico Ben Wheatley (Kill List, Sightseers) una proyecto ambicioso, pero que vale la pena. Es un viaje literal - una obra de pura alegría anárquica, -dijo- con cantidades implacables de energía e ímpetu.
Impecablemente diseñado, expertamente fundido y con el mejor uso de los covers de ABBA, Wheatley crea una película deliberadamente desordenada sobre una situación caótica; no es una historia que se beneficia así de una estructura controlada. La alegría de la lectura de Ballard proviene de la creencia de que cualquier cosa puede suceder en cualquier momento, lo que corresponde con el guión de la más fiel colaborador de Wheatley, Amy Jump. Este es un sabelotodo, podrido en drogas, enloquecido por el sexo, original, misántropo y la mayoría de éste nunca tendrá una pizca de sentido, incluso después de darle vueltas y vueltas.
Para muchos (especialmente para los que esperan un candente filme nuevo, de un hábil director, con grandes estrellas del cine), High Rise será una película difícil. Para aquellos dispuestos a bajar a la madriguera de conejo de Wheatley, será un respiro entretenido, pero también un poco agotador.
ES HIGH RISE UNA MUESTRA ESENCIAL PARA UN FESTIVAL?
El revuelo después de la premier sin duda ha mostrado divisiones, pero creo que en realidad hace que sea más esencial. Definitivamente esto lo tiene que decidir uno por su cuenta, y esos son a menudo los mejores tipos de películas.
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