‘I Saw the Light’: TIFF Reseña
- Traducción y publicación: Mariana
- 17 sept 2015
- 5 Min. de lectura
I Saw The Light (2015). Reseña
Biografía, Drama, Música / Fecha de estreno: 27 de noviembre de 2015
por Jordan Mintzer
El punto fundamental
Tom Hiddleston canaliza admirablemente la voz del gran Hank Williams en ésta pulida pero constantemente poco convincente cinta biográfica.
Sede
Toronto International Film Festival (Presentaciones especiales)
Reparto
Tom Hiddleston, Elizabeth Olsen, Bradley Whitford, Cherry Jones, Maddie Hasson, Wrenn Schmidt
Director-guionista
Marc Abraham

Tom Hiddleston y Elizabeth Olsen encabezan este tributo de Marc Abraham.
I Saw The Light es el título de una de las más entrañables canciones de la leyenda country Hank Williams, así como de la pulida nueva cinta biográfica del productor convertido en director Marc Abraham (Flash Of Genius). Pero otra de las más reconocidas de Williams, “Lovesick Blues,” podría haber sido una designación más adecuada para este retrato pesadamente dramático del hombre de la vida corta y turbulenta en un filme que se enfoca en sus muchas aflicciones maritales más que en la brillante música que creó.
Llevada por un extraño giro del actor británico Tom Hiddleston, quien convincentemente intercambia su casco y personal como Loki por un sombrero vaquero y guitarra, la historia – basada en el libro no ficcionado escrito por Colin Escott – describe las acostumbradas subidas, bajadas, borracheras y encuentros con mujeres de tu típica biografía de artista, con mucho tiempo en pantalla dedicado al extremadamente inestable matrimonio con su esposa Audrey, interpretado con entusiasmo por Elizabeth Olsen (quien intercambia su propio atuendo de Avengers por un guardaropa country completo).
Pero con las recientes cintas biográficas como Love & Mercy, Get On Up y Straight Outta Compton haciendo avances en un género del que, de otra manera ya se ha abusado, es desafortunado que Light sea muy tradicional y esté muy preocupada por mostrar la vida detrás de la música, en lugar de intentar explicar la razón por la que Williams fue uno de los más grandes músicos de Norteamérica del siglo pasado – un hombre que inspiró a Elvis Presley y también a Bob Dylan, con canciones atemporales que establecieron el escenario para los movimientos rock ‘n’ roll y el folk que lo siguieron.
Estrenándose en Toronto y programada para lanzarse en noviembre vía Sony Pictures Classics, esta prestigiada película de otoño puede ganar algunos elogios por las fuertes interpretaciones principales, con Tom Hiddleston vociferando sus canturreos como ningún otro actor lo ha hecho. Aún así, después de pasados esfuerzos como la biografía de 1946, Your Cheatin’ heart, y la película independiente del 2012, The Last Ride, fallando en hacer justicia a la leyenda, no es inusual que ésta pueda quedar como una memoria cinemática esencial, dejando a Williams mejor olvidado y solitario en lo que se refiere a las películas.
Haciendo una crónica del periodo entre 1944, cuando el Hank de 21 años se casa con Audrey en una estación de Texaco en Alabama, hasta su muerte en 1953 debido al exceso en el consumo de alcohol y abuso de drogas, el guión de Abraham sigue el ascenso del cantante que va desde una estación de radio local hasta ser la súper estrella country con las mejores ventas, con una cadena de éxitos en las listas de popularidad y al que se le permitió unirse al codiciado espectáculo Grand Ole Opry en Nashville.
Pero por más que obtenemos una muestra de las mejores obras de Williams, con Hiddleston ofreciendo contundente interpretaciones de clásicos como “Move it on Over,” “Lovesick Blues,” y “Why Don’t You Love Me,” la mayor parte de la película trata sobre su ya probada relación con Audrey, representada en ocasiones casi como una Yoko Ono quien podría haber destruido su carrera.
Hay muchos chistes que tratan sobre la imperfecta (aunque de ninguna manera insoportable) voz de Audrey para cantar, la cual forza sobre Williams y su banda a pesar de sus ocasionales protestas agresivas. Y hay muchas escenas dedicadas a las constantes disputas cada vez más violentas (una que involucra una pistola cargada), con los dos pareciendo Ralph y Alice en The Honeymooners, chistes incluidos.
No es que Hank fuera ningún santo, y que sus maneras lujuriosas en el camino no estuvieran emparejadas por sus borracheras en casa, seguidas por su adicción a los analgésicos que fueron traídos a su vida por su eterno dolor de espalda. Él podía ser encantador en una ocasión y brutal en otra, y Hiddleston tiene la extraordinaria forma de mostrar los comportamientos menos perdonables de Williams haciéndolos parecer simplemente juguetones y divertidos, y solamente perjudiciales para sí mismo.
Sin embargo en lo que se refiere a la música, no hay mucho que aprender ahí. Seguro, las canciones son tan pegajosas como pueden ser, pero por qué Williams se convirtió en la gran estrella de la post-guerra, ayudando a posicionar al country en la corriente principal de la música. ¿Y quiénes fueron los intérpretes –ya sean los bluseros o los cantantes montañeses– de los cuales él se inspiró para crear su propio trabajo? (Aparentemente Williams no sabía leer música, pero ese hecho tampoco es mencionado en la película.)
En lugar de mostrárnoslo como un artista mayor quien surgió durante un periodo transicional en la historia de la música, Light está mucho más interesada en revelar sus fallidas aventuras amorosas, primero con Audrey y luego con una serie de mujeres, terminando con su última esposa, Billie Jean Jones (Maddie Hasson). Y mientras la película intenta estructurarse a sí misma alrededor de ese aspecto de la vida de Williams, comienza a batirse en círculos mientras sus relaciones se agrian y él toma la botella – y la aguja – tan fuerte que no sale vivo.
Lo que queda es un puñado de escenas en las que a Hiddleston se le permite cantar, haciendo un intento de concierto tributo completo en lugar de una película biográfica con mucho dramatismo de relleno. No es que esos momentos enteramente de ficción no estén bien interpretados, y Olsen es igualmente impresionante como la mujer que parece violentar su camino hacia el mundo de Hank, sólo para violentar su camino hacia afuera del mismo cuando se pone todo muy difícil.
Dirigiendo de una manera mañosa y de alguna manera accidentada, Abraham provee un telón de fondo visual convincente en el proceso, usando al director de fotografía Dante Spinotti (Heat) para bañar al cantante en cálidas sombras, con un metraje estilo de noticiario cinematográfico que incluye fragmentos de entrevistas con el jefe de su primera compañía disquera, Fred Rose (Bradley Whitford).
Esas secuencias, así como una en la que Williams es cuestionado por un reportero de Nueva York (David Krumholtz), ofrecen revelaciones sobre su proceso de pensamiento, sin embargo no revela gran cosa – lo cual es probablemente el porqué ha sido siempre tan difícil hacer una película biográfica alrededor de él. Sus canciones dicen muchísimo más por sí solas y quizá ninguna historia pueda hacerle justicia.
Compañías de producción: Bron Studios, Ratpac Entertainment Reparto: Tom Hiddleston, Elizabeth Olsen, Bradley Whitford, Cherry Jones, Maddie Hasson, Wrenn Schmidt Director: Marc Abraham Guión: Marc Abraham, basado en el libro “Hank Williams: The Biography” por Colin Escott, con Geroge Merritt y William Macewen Productores: Brett Ratner, Aaron L. Gilbert, Marc Abraham, G. Marq Roswell Productores ejecutivos: Parry Long, Jason Cloth, John Raymonds, James Packer Director de fotografía: Dante Spinotti Diseñadora de producción: Merideth Boswell Diseñadora de vestuario: Lahly Poore-Ericson Editor: Alan Heim Compositor: Aaron Zigman Dirección de reparto: Denise Chamian, Tracy Kilpatrick Sin clasificación, 123 minutos

Fuente: The Hollywood Reporter
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