Tercera y última parte. Entrevista a Guillermo del Toro sobre las mujeres fuertes, novelas ‘punk’ gó
- Traducción y publicación: Mariana
- 29 ago 2015
- 5 Min. de lectura

Has lidiado mucho con monstruos y fantasmas. ¿Por qué crees que somos tan adictos a que se nos asuste?
Mientras más nos civilizamos, más ansiamos ciertas emociones que tenemos anormalmente excluidas de nuestras vidas. Un mamífero en lo silvestre experimenta la emoción de la cacería, la procreación, la matanza, batallas territoriales. Pero nosotros —una batalla territorial pueden ser las conductas violentas al conducir un automóvil. Temor real, temor físico, socialmente podemos experimentarlo en una montaña rusa o en una película. Es una deformación social, pero al mismo tiempo el contar historias siempre ha sido sobre transmitir una emoción: hacer reír a la gente, hacer llorar a la gente, hacer temblar a la gente.
Así que es una de los principales deberes al contar historias es asustar al público. Pienso que cuando la gente se sienta alrededor del fuego en una cueva, estuvieron hablando sobre el mamut que cazaron—esa es una película de acción. Estuvieron hablando sobre el tigre diente de sable que les persiguió—esa es una película de miedo. Estuvieron hablando sobre un árbol que ardía en el que creyeron ver la cara del demonio—esa es una película de horror.
¿Es parte de ese deber resolver las cosas al final y confortar a la gente haciéndoles saber que todo estará bien?
De alguna manera, pero pienso que en el horror, muchas veces esa resolución no debe ser optimista. Puedo pensar en muchas películas en las que la resolución es ambigua, incluyendo The Shining o Damien. Escaparon de sus vidas, pero la maldad continúa. El hotel queda sin quemar. El anti-Cristo está ahora en manos del president de EEUU. No tiene que ser feliz. Sólo tiene que ser poderoso. No quiero arruinar la película, pero pienso que Crimson Peak tiene un buen final.
Cínicamente, pienso que muy seguido los cineastas dejan espacio para una secuela.
Algunas personas hacen eso. Cuando hicimos una película pequeña con un Nuevo director que me gusta llamada Mama, el final era muy agridulce y muy triste. Y estuvieron hablando de hacer Mama 2, y dije que no estaba interesado porque el final es genial. Hizo mucho dinero, y estoy seguro de que les gustaría. Pero no tenía interés.
Asumo que es diferente cuando te aproximaste a Pacific Rim.
Oh, sí. Escucha, hice la primera como una película independiente. Pero me divertí tanto en esa película, y es una de mis mejores experiencias de todos los tiempos haciendo películas, que estoy completamente emocionado de que estemos regresando.
Lo que estan interesante de Pacific Rim para mí es que haya sido tan exitosa internacionalmente, particularmente porque tuvo este elenco realmente diverso. Todavía me deja perplejo que después del éxito de esta película, las películas más taquilleras no tengan un tacto similar como para atraer a públicos más diversos, más internacionales, que también se quieren ver en pantalla.
Lo que es curioso es que hubo tres reglas de las que hablé con Legendary sobre hacer Pacific Rim. Les dije, no tendré un sólo país salvando al mundo. No haré eso. Quiero que cada raza que pueda reunir ahí salve al mundo. No quiero que sea una película patriotera en la que haya hurras y ondeado de banderas para un país que salve al mundo. Es el mundo salvando al mundo. Quería a todos los géneros y razas representadas ahí.
La segunda cosa que quería hacer era no tener una película sobre un triunfo glorioso de un poder militar. Quiero hacerla sobre la resistencia. Quiero hacerla sobre el tiempo que estuvieron perdiendo. Encontrarles peleando a su nivel más bajo, no al máximo de su poder en el que despliegan grandes armas. Es, de hecho, un puñado de vaqueros en la última posición por la última pelea. Y nadie les tiene fe.
La última regla, les dije, era que no quiero que al final de la película haya un montaje sobre la celebración del triunfo. Quiero que esta gente triunfe, pero que los medios no se enteren. Nadie está viendo la televisión. Nadie está vitoreando. Eso no soy yo. Creo que hay algo por debajo de todo eso que se siente como propaganda. Creo que la última vez que celebramos algo en esa escala fue el final de la guerra —cuando terminó la Segunda Guerra Mundial. La mayor parte del tiempo, las grandes marchas y los levantamientos más importantes que hemos experimentado como cultura son en contra de la guerra.
Hubo algo hermoso para mí en ese discurso que dijo Idrios Elba, “Estamos cancelando el apocalipsis.” Hay algo muy pulp ahí pero no propagandístico. Me encanta el pulp pero no me gusta la propaganda.
Esa es una buena distinción.
La hay. Cualquier decisión como esa tiene que ser sopesada en contra de tu propio espíritu. Para crear el personaje de Mako Mori con el propósito de que hiciera una escena en la ducha o hacerla usar unos pantaloncillos realmente escasos—si no tienes que fregarte a ti mismo para limpiarte esa noche, si no te sientes un poco sucio por hacer una película en la que realmente celebres un acto de guerra, entonces eres una persona direrente a mí.
Mira, cuando estudias cuentos de hadas, descubres que desde sus orígenes fueron divididos en dos ramas. Uno fue anárquico, enfermo e iconoclasta. El otro es loco solamente. Y entonces estuvieron aquellos que fueron pro-institución. Fueron hechos para que los niños obedecieran a sus padres. Fueron cuentos con moraleja: si vagas por el bosque cuando tus padres te dijeron que no lo hicieras…
Y hay películas de horror que son así. Si tienes sexo, si fumas mariguana, si sales en la noche, un maniaco va a venir para matarte. Y hay películas de horror que son simplemente anárquicas como Evil Dead. Así que pienso que, como contador de historias tienes que sentirte cómodo respondiendo por las películas de la manera en que fueron intencionadas. La gente puede entenderlas diferente.
A ti no te interesan esos cuentos con moraleja.
Déjame decirte: Crimson Peak es una película de miedo. Pero podría haberla hecho instantáneamente más aterradora si hubiera apelado al sentido judeo-cristiano del bien y del mal. Si les hubiera llamado demonios. Si yo hubiera imbuido las cosas con la estructura en la que hay un exorcismo o se llama a un sacerdote, tienes mucha más efectividad porque apelas a una parte de la audiencia que cree que estás hablando sobre verdades absolutas. Eso es súper aterrador.
Pienso que no es tan difícil. Unas pocas veces se hace de manera muy bella. Pero no es en lo que estoy interesado.
He visto el género fantástico como mi vocación desde que era niño. Siempre quise usarlo para crear películas que fueran bellas, con las que la gente se pudiera identificar, no como algo que se hace en el género de horror que fuera hecho sin cuidado. Mis héroes fueron James Whale, Terence Fisher, gente que encontró algo de orgullo y promesa en el arte.
¿Cómo se manifesto cuando eras niño?
Cuando decidí ser director de cine, supe que había sólo dos géneros a los que me sentía atraído: lo fantástico, el horror, bla, bla, bla y el crimen. Quería hacer películas de crimen. Hay una pro-estructura de las novelas de crimen en la que la policía es una buena institución. Entonces tienes a gente como Raymond Chandler, como James Hedley Chase, James M. Cane, quienes son realmente anárquicos.
Como niño dije que quería hacer monstrous hermosos. Mi abuelita tendía a no gustar de mis dibujos cuando dibujaba esas cosas, pero yo decía, “Abuelita, son hermosos. Son bellos. Amo a mis monstruos.” Y los amo. Amo a mis monstrous. Si ves mis películas, hay algo muy alegre, una mirada de niño de diez años hacia esos monstrous. Los amo. Han salvado mi vida muchas veces.
¿Así que podríamos esperar una película de crimen en el futuro?
Me encantaría eso. Cuando era muy joven hice un corto que comenzaba más o menos así. Entonces vi Reservoir Dogs en ’92 or ’91, y pensé este tipo es sorprendente. Está haciendo todo lo que hubiera esperado hacer y que probablemente nunca habría hecho. Pero ahora ha pasado suficiente tiempo. Espero hacer una película de crimen algún día.
Fuente: Time
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